martes, 29 de octubre de 2013

Las invasiones de los pueblos germanos en Hispania (Vol.I)

Las invasiones germánicas en Hispania: suevos, alanos, vándalos y godos.

Hispania contaba con una población aproximada de unos 5 millones de habitantes, y que con cuyas exportaciones abastecía a Roma hasta el siglo V. Sin embargo la crisis generalizada que culminaría con la fractura del Imperio Romano en el 476 d.C. fue debida fundamentalmente a los pueblos bárbaros y su presión sobre el «limex», principalmente allí donde se encontraba el ejército romano formado por los Hérulos (germanos federados que no dependían de ninguna gens y que luchaban únicamente por su paga), y que por cuya presión y roces con
Roma, terminan por incendiar la ciudad italiana de Pavía, y movilizarse hasta sustituir al emperador romano de Occidente, Rómulo Augusto, e imponer a Odoacro en el 476 (nombrado rey de Italia por sus propias tropas). 





Así, a la par que se producen estos hechos, aprovechando la fusión del Rin, los vándalos, suevos, y alanos invadieron el imperio con gran pujanza, y al cabo de tres años, habían cruzado los Pirineos y llegado a la península Ibérica.













No obstante, a pesar de todo, la proporción poblacional que entró en la península era ínfima (apenas llegarían a suponer el 6% de la población). Los estudios han logrado cifrar las poblaciones germánicas en:

                                            Visigodos: 200.000
                                            Suevos:35.000
                                            Vándalos: 15.000
                                            Alanos: sin datos aproximados.

Los Suevos se asientan en Galicia y forman Reino, los Vándalos no llegan a formar reino y por ello han de llegar en inferior número.

Sin embargo, desde el 409 ya están entrando germánicos en la península sobre todo a través de Roncesvalles.
Organización territorial romana en el momento de las invasiones. 

En la zona de Galicia se asientan concretamente Suevos y Vándalos Asdingos, este emplazamiento será motivado seguramente porque al constituir por sí misma una población poco numerosa en movimiento elegirían la zona más periférica y así no entrar en conflictos con los romanos.

En la zona de la Lusitania se asienta otra parte de la población asdinga que entra a la península, teniendo como ciudad más importante Emerita (Mérida).
En la zona de la Baetica se asentarán los Vándalos Silingos, con Hispalis (Sevilla) como ciudad más importante.
A la zona de la Cartaginense llegarán los Alanos, con Carthago (Cartagena) como ciudad más destacada.

No obstante, de las 5 provincias romanas que había hasta entonces en la península, la única que no será ocupada por ninguna población germánica será la Tarraconense, este hecho es debido a que es la provincia en la que se asientan casi todas las fortificaciones romanas.
Posible situación y asentamiento de los pueblos bárbaros.


Mientras tanto, los visigodos, que habían tomado Roma hacía dos años, bajo el mando de Ataulfo dejaron Italia en el 412 y fueron al sur de Galia y el norte de España (territorios de la Septimania) fundando allí el Reino de Tolosa y creando sus instituciones. Las largas y complejas luchas de Ataúlfo para dominar el Sur de Las Galias le ocuparon varios años (411 a 414).  En el 414 el rey Ataúlfo, realizó una alianza con Honorio y con el Magister Militum Constancio.

Pero a pesar del pacto, Honorio, rompió con los visigodos y firmó un pacto con los burgundios para que éstos se colocasen en la retaguardia de los visigodos y los destruyesen, Ataulfo decidió entonces casarse con Gala Placidia, hermana de Honorio, a quien tenía cautiva desde el saqueo de Roma en el 410.

Constancio fue enviado a la zona y los visigodos fueron derrotados en Narbona, lo que, sumado al bloqueo marítimo y terrestre de Roma a los visigodos para privarles de alimentos, hizo que los Visigodos tuvieran que atravesar los Pirineos hacia Hispania (conservando únicamente el sur de la Galia). Así, los visigodos entraron en la Tarraconense asentándose la corte en (Barcino) Barcelona, firmando en el 418 un «foedus» con el Imperio romano, en nombre del cual podían asentarse en Hispania, y como contraprestación militar los visigodos se encargarían de combatir a los Suevos, Alanos y Vándalos Asdingos y Silingos que ocupaban las provincias de Hispania.
  

Después del asesinato de Ataulfo, y el reinado de 7 días de Sigerico, otra facción nombró a Valia que ante el caos de su pueblo y no poder marchar a África decidió pactar con Roma en el 418. Gracias a este «foedus» los visigodos fueron instalados ahora en Aquitania y son federados del Imperio. Establecieron su capital en Tolouse.

En el 419 en las crónicas de Hidacio, Orosio y San Isidoro de Sevilla, que escriben en latín y que nos cuentan que los Vándalos, Suevos y Alanos comienzan a guerrear entre ellos. A consecuencia de estos movimientos, todos los vándalos se concentrarán en la Betica, los suevos formaran Galicia, y los Alanos desaparecerán de la historia.

Los Vándalos cruzan el estrecho y forman el Reino Vándalo en el Norte de África del 429 al 534, en el 455 el Reino Suevo tendrá su máxima extensión. En 534 los Vándalos del Norte de África serán conquistados por el Imperio Bizantino, y llevados a
Asia como esclavos.


El problema de la Bagaudia Hispana. 


Durante este tiempo (siglo V) se da en el norte de España el problema de la bagaudia
Hispana, el nombre (Bagaudia) es de origen celta y procede de la bagando. Término traducido como siervo, campesino, que se rebelaron contra sus señores, se niegan a pagar las rentas a los romanos, se organizan perfectamente en asambleas y a parte de cultivar sus tierras, se dedicaron al pillaje contra las zonas romanas limítrofes.

Es conocido por la crónica de Hidacio, quien narra que el fenómeno dio lugar a episodios violentos en el interior de la Tarraconense (alto y medio valle del Ebro) del 441 al 454. Después de numerosos enfrentamientos en 441, 443, 449 y 454; es en este último año cuando el príncipe visigodo Federico, hermano menor del rey Teodorico, al frente de un ejército de godos y en nombre del imperio aplasta definitivamente a los bagaudos que se localizaban en esta zona.


El origen de todos estos movimientos se basaba en el malestar del campesino en el Bajo imperio, debido a la disminución de los pequeños campesinos y su conversión en gentes vinculadas a los grandes señores por lazos de dependencia señorial, a la elevada presión fiscal del Estado y a la mayor prepotencia de los jefes militares y los terratenientes.

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