sábado, 2 de noviembre de 2013

Las invasiones de los pueblos germanos en Hispania Vol. V

La economía  y la vida rural en el reino visigodo. 


La economía visigoda giraba en torno a una agricultura y ganadería de subsistencia, la artesanía y el comercio se vieron reducidos por ser actividades ligadas a las ciudades.

La vida rural viene destacada por el sistema de explotación denominado vicus, heredero de las antiguas villas romanas. A su vez, todas las ciudades visigodas son administradas judicialmente por un «iudex».
Sin embargo, hay que destacar que a medida que nos acercamos al año 711 y sus momentos posteriores se registra un aumento de los latifundios, hecho que se debe a que al no haber un poder central los magnates intentarán ocupar más tierras ya sea comprando o ocupando militarmente.
Este aumento de territorios se traduce en un aumento de poder al disponer de un mayor contingente de vasallos al servicio de cada magnate.

                   La producción  agropecuaria.

Los cultivos están condicionados por las características geográficas de la península, por ello se distinguirán claramente tres de ellos, el cultivo de cereales, la vid y el olivo. Los cereales se darán sobretodo en la zona de Castilla, la vid en el Sureste y la meseta, y los olivos en Andalucía.

Una parte de la producción de estos cultivos iba destinada a los propios visigodos, pero la otra se exportaba. A estos tres tipos de cultivos hay que añadir otros tipos de cultivos de secano que también se daban y la meseta y los cultivos de regadío que se daban en las proximidades de los cauces fluviales y que comprendían sobretodo cultivo de árboles frutales y hortalizas.

En cuanto a la ganadería, ésta se basaba esencialmente en el ganado vacuno, ovino, caprino y porcino. Pero lo que más abundaba sobre la geografía peninsular eran los grandes rebaños de ovejas y cabras, que proporcionaban carne, leche, queso, y en el caso de las ovejas además, lana.


La cría de cerdos era también muy importante para la alimentación y para los abonos del campo. El buey y el toro se utilizaban sobre todo para la labor del campo. La cría de caballos se empleaba también como alimentación, pero sobretodo como arma de guerra.

         





                                El comercio

El comercio era fundamentalmente de carácter local, aunque esporádicamente se realizaba uno a nivel regional para vender excedentes de trigo, vino y aceite. Sin embargo, una de las principales fuentes de exportación era la de los esclavos (hombres para trabajos agrícolas, y mujeres como concubinas).

Los visigodos continuarían utilizando la red de trasportes que dejaron los romanos, las calzadas, sin embargo, éstas serían inseguras por el bandidaje. Normalmente solía utilizarse la carreta tirada por dos bueyes para los desplazamientos, aunque en ocasiones se prefería la mula por ser más rápida.

El comercio también se realizaba por vía fluvial a través del Guadiana, Guadalquivir, Tajo, Duero y Ebro, que eran navegables. Por otro lado también se daban unas ferias anuales de ganado en el Norte peninsular y mercados semanales.

                           La moneda.

La acuñación de moneda visigoda comienza sobre el siglo VI, un período donde coexistirán monedas imperiales romanas y las nuevas monedas visigodas. No obstante, ya por esos tiempos era habitual la falsificación de moneda.


El sistema monetario visigodo fue monometalista, basado en el oro y ajustado al patrón ponderal de libra romana. La moneda visigoda nos ofrece el documento histórico más objetivo de su época, a la que sirvió como medidor de su economía, a lo largo de la evolución de su sociedad. En época de Leovigildo, la moneda responde con su propaganda de tipos y leyendas a universalizar ese sentimiento nacional. Las primeras emisiones visigodas siguen, al igual que las de otros pueblos bárbaros, las normas impuestas por Roma.

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