Dificultades económicas al fin del reino visigodo.
Según las crónicas, se constata que antes del 710 se produjeron
una serie de malas cosechas y por lo tanto hambrunas, la peste de 693 entró por
Septimania y afectó a todo el reino, se extreman las medidas contra los
fugitivos, los nobles se esfuerzan por retener al mayor número de siervos
posible debido a que se perdieron muchas vidas con la peste.
Todo esto frenaría el comercio regional y haría que comenzara a
acuñarse la moneda con menos peso del metal.
El malestar social en el
fin del reino visigodo
Por si fuera poco en un ambiente de fuerte crisis, las
diferentes facciones de la nobleza siguen peleándose, por conseguir mayor
riqueza y poder, se produce una diferencia abismal entre la minoría poderosa y
la mayoría humilde. Así, el Aula regia dicta las leyes de Égica por las que se
toman medidas contra el bandolerismo, contra la fuga sistemática que comenzaba
a darse de esclavos, se confiscan bienes a los judíos, etc.
En el XVI Concilio de Toledo se dictaron además varias leyes
contra el suicidio que comenzaba a darse, esto nos indica en que situación se
encontraba la población.
Religión y cultura en el
fin del reino visigodo
Además, este malestar social se aprecia también en la entrada
masiva de población en las órdenes monásticas intentando escapar del hambre y
de pagar impuestos. Incluso algunas élites nobiliarias entrarán a formar parte
del clero.
La Iglesia destacará en
este período fundamentalmente por la simonía y por una vida privada licenciosa
del clero (debido a la nueva gente que entra a formar parte de él).
No obstante, el concepto de Iglesia irá ligado al de literatura
y cultura, ya que será gracias a ella por la que obtendremos los escritos que
nos dejaron San Isidoro de Sevilla, San Julián, Ildefonso, etc.
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